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lunes, 29 de octubre de 2012

Capitulo 8



Aspiró profundamente el aroma del agua y con una repentina felicidad se hundió por completo para mojarse el pelo. Ese calor se le hizo hizo dulce al tocarle la cara y sonrió para sus adentros.
Se sentía extrañamente... Feliz.

En el fondo, no podía reprimir lo agradecida que le estaba a Tom. Por todo prácticamente, por haberle devuelto la vida de esa manera... O por lo menos, tener fe, en que algun dia volvería a tener una vida normal y corriente... Feliz.
A cada gesto amable que Tom tenía con ella, sentía que alguien le daba un pequeño empujoncito, que la hacia seguir caminando. Jamás habría imaginado que él pudiera llegar a comportarse asi con nadie... Y dió mil gracias al cielo por haberse equivocado respecto a él.
Tanta felicidad le resultaba extraña. Anómala. No tenia cabida en su vida y le parecia estorbar... Pero a pesar de saber la fórmula perfecta para autodestruirse, por esa vez, decidió disfrutar de esas muestras de cariño y de esa anomalía en su pecho... Y en su vientre.

...

Tom: Veamos... 30 minutos al horno...-

Movió la ruedecita, mirando a través del crital como las lucecitas comenzaban a encenderse.
"[i]Bueno. Reza Tom. Es la primera vez que haces pasta gratinada.[/i]"
Salió de la cocina, poniendo la alarma en el movil para no ovidarse y se dirigió al baño.

Tom: Denis... Tienes media hora para terminar, que la cena está ya casi lista...

Comunicó dando dos golpes. La puerta se abrió y Denis  salió del baño con la cabeza y el cuerpo enrollados en toallas. Tom le abrió paso enseguida, pues no quería chocarse con su barriga ni de broma. Sonriente, observó como Denis se dirigía hacia su habitacion, y admiró por unos instantes la preciosa silueta llena de curvas de Denis, con su toalla cuidadosamente recogida bajo su brazo.

Tom: ¿Quieres que te seque el pelo o algo?

Antes de entrar, ella le miró, y para variar sonrió y dejó a Tom con el buen sabor de boca.
En cuanto la perdió de vista, abrió la puerta del baño, para echar todo el vapor y la humedad del cuarto de baño y poder sobrevivir en él mientras le secara el pelo a Denis.
Fue a echarle un vistazo al horno, y para su deleite, aquello iba tomando una forma deliciosa.
De prontó, recordó un detalle que lo hizo aterrorizarse por completo.
El postre. "[i]¡Idiota, el postre, claro...! mucha pasta, mucho baño mucha tonteria, y se te olvida el postre...[/i]"

Tom: Em... Denis, lo siento, no voy a poder secarte el pelo... Se me ha olvidado comprar una cosita, y voy a ir a comprarla abajo, al 24h en un momentito... Vuelvo en 5 minutos lo prometo.

Mientras decía todo esto, una voz en su interior le decía que se iba a arrepentir de dejarla sola.
No quiso hacerle caso, y decidió confiar en ella. Cinco minutos son cinco minutos, no iba a pasar nada del otro mundo. Se secaría el pelo y ya está.
Cogió las llaves el monedero y salió disparado escaleras abajo, procurando no matarse y llegar lo más rapido posible. Ciertamente, el 24h estaba a menos de veinte metros del portal, asi que en cuanto se vió situado frente al congelador, donde habia toda variedad de helados, se quedó en blanco sin saber cual elegir.
"[i]No, más vainilla no...[/i]" Pensó para si mismo. Se fijó en una caja que lucía dos preciosas copas de cristal, rellenas de una bola de helado naranja, coronadas por una guindilla roja.
No se lo pensó más y pagó lo que debía, alegrandose de que salieran más barato que las sales de baño y corrió de nuevo al piso, rezando por que en su ausencia no hubiera pasado nada, y no se derritiera el helado.
Abrió con ansiedad la puerta, entró, soltó los helados en la cocina y corrió a buscarla, para aliviarse, al verla frente al espejo enchufando el secador.

Tom: Bueno... La carrera ha merecido la pena. Trae, yo te secaré el pelo.... Oh, mierda, espera, un segundo.

Volvió a la cocina y metió los helados en el congelador, más relajado. Volvió a echarle un ojo al horno, asegurandose y percatandose de los pocos minutos que le quedaban, y luego volvió con Denis.
Encendió el secador, y comenzó a secarle el pelo, ya que suponía que tenia que ser incómodo y costoso mantener los brazos alzados con tal peso en el vientre.
Pero él lo hacia con muchisimo gusto. Le encantaba el tacto del pelo de Denis; y si estaba recién lavado y oliendo a vainilla como que mejor.
Al cabo de un rato de silencio, su movil comenzó a sonar, indicandole que el horno habia cumplido su cometido.

Tom: Bueno, esto ya está.- Indicó dando por terminara la sesión de peluquería.- A cenar :D

Sin esperar ninguna respuesta de Denis, la hizo caminar hasta llevarla al salón, sentarla de espaldas a la pared y correr a sacar la pasta del horno. Por suerte, los segundos extras de horneado, solo se notaban el el crujiente recubierto del queso sobre la bechamel. Cogió la botella de refresco y la posó en el centro de la mesa, preparando a Denis para una cena poco usual. Sonrió para si mismo, orgulloso de su trabajo y llevó con cuidado de no quemarse, la fuente hasta la mesa.

Tom: ¡tachán! - Presentó la comida, soltando el recipiente sobre el salvamantel, llenando el ambiente de un delicioso olor.- Qué, ¿me he lucido eh? Es la primera vez que hago esto, espero que esté bueno ._.

Comenzó a servir la comida para ambos y por una vez, Denis habia cogido el tenedor antes de haberle servido la comida, cosa que excitó aun más la satisfacción de Tom.

Tom: Puedes inflarte hasta reventar. Aqui hay para dos o tres como tu y yo... Si, yo valgo por una mujer embarazada cuando tengo hambre, asi que a comer :D

Denis no tardó en enrollar un par de tallarines en el tenedor y se los llevó a la boca, con la nefasta consecuencia de que se quemó el labio nada más rozarlo.

Tom: ¡Denis! ¿Estás bien?¿Te has quemado...? - Ella se presionaba el labio, mientras apretaba los ojos con fuerza.- Rápido, bebe algo...

Tom le ofreció su vaso y ella lo cogió con timidez. Se mordíó el labio mientras se acercó el vaso a los labios, cosa que para Tom no pasó desapercibida. Volvió a repetir en su cabeza esa imagen, dandose cuenta de que en ese pequeño gesto, Denis habia sacado a relucir su lado más atractivo. Y no pudo contener una sonrisa estupida que, en cuanto ella soltó el vaso, él borró sutilmente.

Tom: Ten más cuidado... No hace ni cinco minutos que lo saqué del horno...

Ella sonrió avergonzada y volvió a cojer su tenedor, soplando antes para enfriar los espaguetis.
Ahora más relajado, Tom se sentó he hizo lo mismo. Él siguió soplando, esperando que Denis se los metiera en la boca y se le iluminaran los ojos de lo buenos que le habian quedado los espaguetis.  Para su suerte, hubo algo más que un brillo en sus ojos, cuando Denis probó su tenedor. Rebosante de alegría, Tom se levantó, queriendo controlar sus nervios.

Tom: Voy a por hielos... Se está calentando.

Dijo indicando la botella de refresco. Ella, asintió con una sonrisa, y él sintió como se le desbocaba el corazón... Cosa que de repente comenzó a preocuparle.
Se fue a la cocina y una vez alli, procuró relajarse.
En verdad tenía motivos para estar feliz. La comida le habia quedado impresionante, aunque él no la habia probado aun, y Denis comenzaba a responder y comunicarse con más normalidad. Y sonreía... De eso si que estaba contento, de verla sonreir.
Se acercó acongelador, para coger el molde de los hielos que guardaban sobre los cajones, y luego cogió un bol.
Volvió a recordar la escena de hace unos minutos. No le hizo mucha gracia que se hubiera quemado el labio, pero el hecho ese gesto tan sensual, le habia hecho escaparse de su cuerpo por un momento.
"[i]Se te van ha derretir los hielos, memo[/i]"
Volviendo al mundo real, terminó de echar los hielos en el bol y se los llevó al salón.

Tom: Vaya, tenías hambre ¿eh? - Otra vez esa sonrisa avergonzada.- Si quieres repetir dilo, ahi queda para rato...

Se volvió a sentar en su sitio y soltó el bol en el centro. Comenzó a comerse su plato, para poder alcanzar a Denis, y corroboró que tenía mano para la cocina, cosa que no habia descubierto hasta aquel dia.
Se sonrió a sí mismo, satisfecho de que todo sus planes estuvieran saliendole bien.
Cuando volvió a levantar la vista del plato, vió que Denis se levantaba de la mesa, llevandose su plato a la cocina.

Tom: D... Denis, ¿A donde vas? '-' Si quieres más, la fuente está aqui...

Pero ella no hizo caso, se fue a la cocina. Tom, preocupado, la siguió, aunque tras oir el grifo abrirse, se relajo más.
Al entrar, la vió enjuagando su plato en el grifo. Él, que se habia llevado el plato tambien, terminó de comerselo, depié, junto al marco de la puerta, y lo echó tambien al fregadero.

Tom: No tienes que lavar los platos boba, de eso me encargo yo... Además, aun queda el postre... Te va a encantar, ya verás :D

Tom obligó a Denis a soltar el plato y le ofreció el trapo para secarse las manos.
La recondujo hasta el salón, la sento y  se volvió a la cocina.
Sacó las copas de helado que guardaba en el armario y buscó por los cajones la cuchara especial para cojer el helado en perfectas bolas.
Sacó el helado del congelador, y relamiendose para si mismo, colocó dos perfectas bolas de helado, una en cada copa. Clavó dos cucharas y colocó las dos guindas.
Más nervioso aun que antes, se dirigió al salón con el par de copas en las manos y las posó cómicamente en la mesa, colocando una frente a Denis.

Tom: Y para finalizar, helado de naranja con coronacion de guinda... A mi no me gusta la guinda, pero queda bonita, asi que si la quieres tu, te la doy ._.

Se sentó en su sitio y contempló el rostro de Denis, esperando otro nuevo gento de aprobacion.
Pero de aprobacion nada. Se habia quedado petrificada, mirando fijamente su helado.

Tom: Q... Qué pasa... ¿No te gusta la naranja...? No... importa, te traigo una fruta o algo...

Ella no respondía. Simplemente miraba el postre. Tan quieta que hubiera pasado por una estatua de silicona, de no ser, por que de sus ojos comenzaba a brotar un brillo, muy diferente al del resto de la noche.
El corazón de Tom se disparó de nuevo. ¿Que pasaba?¿Por que ponía esa cara?

Tom: Denis... ¿Estás bien?¿Te pasa algo...?

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