Capitulo 4

Tom: Bueno, supongo que podemos sentarnos...

Rodeó el sofá  arrastrando a Denis detrás y la sentó en el sofá blanco, con cuidado de que no se hiciera daño en el vientre, mientras que él optó por la sillón que se situaba a su lado. Frente a él habia otro, y en medio una mesa a la altura de las rodillas, con un cenicero y un par de revistas de ordenadores.

Gustav: Tambien traje unos frutos secos, por aquello de no beber con el estomago vacio :)
Tom: Gracias.

Lo dejó todo sobre la mesa y cada uno cogió su bebida. Denis se retardó más que los chicos, cosa que no pasó desapercibida y que provocó un suspiro en Tom.

Gustav: ¿Cuando vuelve a tener cita con la ginecóloga?
Tom: No se, lo tengo apuntado en la nevera.
Gustav: Ya... ¿Mejoró algo?
Tom: Si... Bueno, eso creo... A veces reacciona a algunas cosas. Sonrie, se gira, te mira... Y es capaz de andar sola por la casa...
Gustav: Pues entonces genial, ¿no? Va mejorando :D
Tom: Supongo...
Gustav: Eh, vamos, no va ha comenzar a brincar y a saltar de la noche a la mañana, esto requiere su tiempo... Verás como en cuanto tenga al bebe entre sus brazos avanza más rapido su recuperación... Los bebes se usan a veces para rehabilitar enfermos mentales y cosas asi...
Tom: Eso son los caballos bestia.- Dejó de mirar la boquilla de su lata y se la llevó a la boca, dandole un sorbo al refresco de naranja.
Gustav: ¿Cómo llevas eso del trabajo?¿Llamaste?
Tom: Que va, se me olvidó... Lo haré mañana.
Gustav: ¿Necesitas que te preste...?
Tom: No, no... Ni de broma.- Se envaró rapidamente.
Gustav: Sabes que lo haría encantado.
Tom: Y yo te digo que no. Aun no me han embargado los muebles ni me han cancelado la tarjeta de crédito asi que no, muchas gracias.-  A Tom le ponia nervioso hablar de esos temas. Se sentiría peor de lo que ya lo estaba, si tuviera que recurrir a pedir dinero a su mejor amigo.- No hace falta...
Gustav: Como quieras...

El hecho de que Denis diera un sorbo a su vaso, llamó la atencion de ambos y el rigido ambiente que se habia formado entre los dos, se disolvió sutilmente.

Tom: Mañana llamaré al bar...
Gustav: Suerte entonces.
Tom: Gracias... La necesitaré...
Gustav: Lo que necesitas es un poco de calma y relax... ¿Que te parece si se queda a dormir esta noche en mi casa? - Dijo refiriendose a Denis.
Tom: ¿Qué?¿Estás seguro?
Gustav: Claro que si. No puede ser más dificil que cuidar de Domo :)
Tom: No lo se... No creo que sea buena idea.
Gustav: Vamos, solo esta noche. Mañana te la llevas a casa de nuevo. No le pasará nada.
Tom: No la dejes sola ni un momento, ¿Vale? Ni un momento... Como le pase algo me muero. Y te mato, claro está.
Gustav: Tranquilo, tranquilo... Se cuidar de una persona, no soy tan torpe.
Tom: Está bien...
Gustav: Alah, Denis, tienes suerte, esta noche toca ensalada mediterránea con angulas y empanada de atún :3 La hizo mi mamá la empanada, pero la ensalada la hice yo û_û
Tom: ¿Estás aprendiendo a cocinar?
Gustav: Si, bueno... Tengo libritos y cosas asi que la verdad son bastante guays. ¿Quieres uno?
Tom: No, gracias... Esos platos requerirán ingredientes que no están en el supermercado convencional.
Gustav: Era una sugerencia...

De pronto, Denis se levantó alterando la sangre de Tom durante unos instantes. Rodeó el sofá y se dirigió hacia el pasillo que habia junto a la television. Tom iba a seguirla pero Gustav le detuvo.

Gustav: Calmate. Por ahi solo se llega al baño. Es humana, irá a hacer sus necesidades femeninas...
Tom: Eso espero...- Intentó controlar su pulso y relajarse, centrandose en darle otro sorbo a su lata. Esta vez fue Gustav quien suspiró y se levantó, para ir a situarse junto a Tom, de cuclillas.
Gustav: ¿Cómo estás?
Tom: Bien... Supongo...
Gustav: No se suele estar bien en tu situación, a no ser que seas de piedra. Y se que no eres de piedra.
Tom: ¿Y que quieres que te diga?
Gustav: Todo... Desahogate conmigo, no me importa...
Tom: ¿Cómo quieres que me desahogue? ¡Ya estoy ahogado!  ¿Qué... qué te digo?¿Que estoy agobiado, asustado?¿que no tengo apetito desde hace semanas y que duermo tres o cuatro horas por si oigo a denis llorar por la noche...?¿Que no tengo ánimos ni para buscar un puto trabajo en condiciones?¿Que estoy arto de hablar con las paredes, que me siento solo e inútil? Mirame, doy pena, ella no se merece esto yo... No puedo más...

Otra vez le dolian los ojos y el pecho se le llenaba de piedras y apenas podia respirar bien. Agobio, angustia y la cabeza le latía, como si ahí tuviera el corazón.
No queria llorar. Y menos que nada delante de él, para que sintiera pena o algo y lo terminara psicoanalizando a su manera. Odiaba eso. Gustav puso una mano sobre su hombro y lo estrecho para darle fuerzas.

Gustav: Llora si quieres, no me voy a reir ni nada... Ya tenemos una edad.- No hacia falta que lo dijera, pues un par de brillantes lágrimas caian rodando por las mejillas de Tom.
Tom: No puedo con esto... Son ya siete meses... Siete meses desde que... no me veo con fuerzas, no tengo esperanzas para nada... Y mucho menos para Denis. O para el bebé. Por dios Gustav, me muero de miedo solo de pensar en el dia que nazca el bebe... Me moriré, me dará un colapso, no podré con todo... Apenas puedo hacer que Denis lleve una vida decente... ¿Cómo demonios voy a proporcionarle a ese niño una cuna, pañales, comida, biberones...?
Gustav: Eh eh eh tranquilo...- Finalmente Tom se derrumbó sobre sus manos  y Gustav corrió a ofrecerle un hombro donde llorar. Tardó poco en responder al abrazo de Tom y lo estrechó con fuerza.- Para algo estoy aqui... Siempre que quieras puedes recurrir a mi... O a Andreas, o a Georg... No, a Georg no, dejalo... Pero no pienses que estas solo en esto.
Tom: Se que no estoy solo... Pero no quiero meteros en esto, no quiero cargaros con una responsabilidad que no os corresponde...
Gustav: Puede que Bill fuera tu hermano.- Al pronunciar su nombre le estrechó aun más fuerte.- pero tambien era mi mejor amigo. Me veo totalmente responsable de lo que os pase a ti, a Denis, o al bebé. Estoy metido hasta el cuello en esto y pienso seguir metido hasta que el crio se case. ¿Está claro? - Gustav se separó de Tom y este se secó la cara con las muñecas, serenandose un poco.- Y tu tampoco vas a abandonar ¿vale?

Tom asintió, abatido y compungido todavia por la llantina, pero con algo más de ánimos para levantarse por lo menos y recolocarse la camiseta.
Volvió a frotarse la cara y cogió aire. Se sintió más despejado.

Tom: Gracias...
Gustav: No hay de que. Es admirable el como te has portado con ella, no tienes por que dar las gracias, ni mucho menos sentirte un inútil.- Tom sonrió y Gustav tambien, hasta que Denis apareció por el pasillo y se situó junto a ellos.
Tom: Deberiamos irnos...- Murmuró aproximandose a Denis.
Gustav: Eh, eh, no no no... Ella se queda aqui. Tu descansa. Duerme hasta el medio dia, te das un buen desayuno, una buena comida y por la tarde vienes a por Denis y a por el perro :)
Tom: Pero...
Gustav: Tom. Es una orden. ¬¬

Tom resopló y miró una ultima vez a Denis. Rendido asintió y caminó hacia la puerta, siendo acompañado por ella.

Tom: Bueno, nos vemos mañana... Portate bien y ten mucho cuidado.

Le dijo mientras abria la puerta.
La contempló un momento y una espontánea sonrisa afloró en su cara, haciendo que ella se la devolviera y colocara sus manos sobre su redondo vientre. Eso subió la moral de Tom y en un acto reflejo, se acerco a darle un beso en la frente, cosa que al cabo de unos segundos, le comenzó a revolver el estomago.
Ella seguia sonriendo, incluso más que antes, pero con un matiz que no terminó de gustarle a Tom.

Tom: A... Adiós...

Salió de la casa y cerró la puerta a sus espaldas, sintiéndose confuso, idiota y nervioso.
Pero también le descongestionó toda la angustia acumulada en casa de su amigo.

...

Miraba al techo, intentando dejar la mente en blanco. La habitación estaba únicamente iluminada por la luz del mp3 que reproducía una música monótona y lenta en sus oidos, con la finalidad de dormirlo. A los pocos segundos se apagó la luz, pero él tocó un botón cualquiera y volvió a iluminarse.
Se sentia inquieto y solo. Como si a un niño le falta su peluche para poder dormir. Tampoco esperaba dormir mucho aquella noche, pero le resultaba nueva, la incomodidad que tenia en el pecho, en comparación con la habitual preocupación por los llantos de Denis.
La casa estaba en silencio, debería poder dormir, pero no podía. Estaba preocupado. Ya había llamado a Gustav antes y después de la cena para preguntarle que tal estaba Denis, pero su amigo le advirtió que desconectaría el teléfono para que no volviera a llamar, que se relajara y se olvidara de ella por una noche.
No podía  No podía olvidarse de ella. ¿Y si le pasaba algo? Jamás se lo perdonaría a Gustav el dejar que Denis se hiciera daño.
Prefería recibir mil martillazos en la cabeza, a que la chica pudiera tropezarse o arañarse con la página de un libro. No soportaba la idea de verla sangrar de nuevo.