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lunes, 29 de octubre de 2012

Capitulo 7




Tom: Vamos Denis, vistete, voy a ponerle la correa a Domo ¿Vale? :)

Ella se despidió con la misma sonrisa que traia y volvió a meterse en el pasillo. Tom fue a buscar a Domo al balcón, donde residia su cama en la época de verano y su comedero.
Tras juguetear un rato con él, le colocó el collar y la correa, para luego entrarlo a la casa de nuevo y ver que Denis esperaba en la puerta ya vestida.

Tom: Vaya que rápida...- Le dijo mientras abría la puerta.- Gustav, nos vamos.- Comunicó al interior de la casa.
Gustav: Vale, os espero...- Respondió.

Salieron de la casa, dirección al parque de siempre. Tom vió que el lugar estaba más tranquilo de lo normal, asi que por una vez, decidió que no iban a sentarse en  un banco, si no que iban a aprovechar el verde brillante del cesped.
En cuanto encontraron la sobra de un arbol, alejado del poco ajetreo que habia, soltaron a Domo, el cual salió disparado hasta la otra punta del parque con un par de perros que tambien habian y él ayudó a Denis a sentarse en la hierba.
Aque dia el sol lucia brillante, impactante como siempre. En el cielo, algunas nubecillas con formas caprichosas se deslizaban lentamente hacia el horizonte y Tom se sintió realmente calmado y relajado por una vez en el dia. Se tumbó y cogió aire, apreciando el olor a hierba y tierra del suelo.
Al poco rato Denis tambien se tumbó y poniendo sus manos sobre su vientre, cerró los ojos.
Tom giró la cabeza para contemplarla, sabiendo que despues se arrepentiría.

Siempre habia pensado que Denis era una chica guapa. No tenia una mirada sensual, ni labios carnosos o piel bronceada... Su rostro dulce y suave era suficiente para quitarte la respiración. Tenía unos ojos y un pelo normales y corrientes, y una piel suave con algun que otro lunar repartidos por el cuello y los brazos. Forzando la mirada, descubrió que en su labio inferior, tambien tenia un par de lunares que a simple vista no podían verse.
Sonrió para si mismo e involuntariamente, una de sus manos se alzo a acariciarle la cabeza. Denis nisiquiera se inmutó, y él procuró aprovechar la situacion para sobarle el pelo cuanto quisiera, pues durante estos meses, había descubierto que el tacto de su pelo, no era comparable con ningun otro que él hubiera tocado en su vida.

De pronto, y asustando a Tom, Denis abrió los ojos, irguiéndose rapidamente y tocandose la barriga con los ojos abiertos como platos.

Tom: ¿Que?¿Qué pasa?¿Que te sucede?¿Te duele?¿Estás bien...?

Según iba palpandose el vientre, Denis esbozaba una tierna sonrisa que aqun asi no tranquilizaba a Tom.

Tom: ¿D... Denis, estás bien?

Sin responderle, obviamente, Denis agarró una mano de Tom y la colocó sobre su enorme barriga, suborizandolo excesivamente.
Ambos en silencio, Tom esperaba una pista para averiguar por que Denis se habia sobrasaltado de esa manera.
De repente, sintió una leve presión en la palma de su mano que tambien lo hizo saltar en el sitio.

Tom: ¿Que ha sido eso?¿Era una patada? ¡Pensaba que eso solo ocurría en las peliculas!

Sin cortarse un pelo, se situó delante de Denis y posó ambar manos sobre su vientre, esperando algun otro movimiento. Ella tambien tenia sus manos situadas, impaciente por notar a su bebé rebosando vida aun dentro de su viente.
Otro pequeño empujón los sobresaltó y a los pocos segundos, les dibujó una enorme sonrisa.

Tom: Denis, esto es genial...- Dijo conmocionado.- ¡Esto es genial!

Exclamó agarrandola por las mejillas. Le hubiera gustado que aquello se desarrollada como si fueran una pareja normal, pero tuvo que conformarse con felicitarla, besandole la frente y esgrimiendo una brillante sonrisa.

Tom: Eres una campeona Denis.- Le felicitó volviendo las manos a su vientre.- Y tu tambien hombrecito.- Comenzó a hablarle a la barriga de Denis.- Puede que en un futuro seas futbolista... O boxeador, depende de con qué hayas golpeado a tu madre granuja.

Terminó riendose solo de sus comentarios, pero por unos instantes, no le pareció tan horrible el hecho de tener que cuidar un bebé... Es más, le resultaba mágico y maravilloso. Se podría decir que estaba impaciente por que el bebe naciese.

Aun con la sonrisa puesta, Denis se volvió a tumbar, viendo que no volvía a haber actividad. A Tom le costó despegar las manos de su estómago, temía que el bebe volviera a moverse y que ambos se perdieran el acontecimiento. Bueno, Denis lo notaría, pero le daba rabia que él no pudiera sentir más que mariposas en su estómago. Quizás la sensación era parecida.

Procuró calmar su emoción y se tumbó de nuevo en la hierba junto a Denis, no sin echar antes un vistazo a ver donde estaba Domo. Sonriente a más no poder, se giró hacia ella y disfrutó de sus comisuras, derramandose por sus mejillas, en forma de sonrisa.

Tom: No sabes lo guapa que estás cuando sonries. Deberías hacerlo más a menudo.

Le comentó esperando que se sonrojase o algo. Pero tan solo alzó la vista al cielo y mantuvo su sonrisa. Tom no entendió esa reacción, pero quiso conformarse, pues por el momento, se sentía muy feliz.
Una rapida y fresca  brisa los arropó de improvisto, haciendo que a Denis le recorriera un escalofrio por la espalda. Tom se alarmó en el acto y no dudó en quitarse la sudadera y tendersela a Denis.

Tom: ¿Tienes frio?¿Quieres echartela?

Ella no respondió, pero por si acaso, Tom se la tendió sobre los brazos y ella la agarró para recolocarsela. Sería un si.
Sonriente y satisfecho, se volvió a tumbar por enésima vez y contempló el cielo, riendose para si mismo, pues estaba más comodo alli, que en cualquier mullida e inmaculada nube.

...

Tom: Espero que te guste, llevo me he tirado todo el dia trabajando como un negro :D

Comentaba mientras le abría la puerta a Denis. Ella entró sin aparente curiosidad, y Tom encendió la luz tras cerrar a sus espaldas.
Aun quedaba un poco de luz en la calle, que coloreaba la habitacion de tonos naranjas y rojizos.
Miró su reloj y vió que aun era temprano asi que antes de que Denis se acercara al baño, la detuvo.

Tom: Sientate un rato en el sofá... Verás, hoy por la mañana me he cargado el grifo sin querer...- El gesto de Denis se torció y Tom comenzó a ponerse nervioso.- ... Y le hice un apaño... Voy a ver si funciona, no quiero que te estalle el  grifo en la cara.

Tras esta pequeña mentirijilla, condujo a Denis hasta el sofá, y la ayudó a sentarse. Ella contemplaba algo confusa el "nuevo" inmobiliario y Tom esperaba ver alguna reaccion positiva en su rostro. Pero nada.
Sin darse por vencido, corrió al baño y comenzó a leerse las instrucciones de las sales de baño que habia comprado aquella mañana. Con olor a vainilla.
En contra de su conciencia, abrió el agua caliente y comenzó a llenar la bañera de agua caliente, virtiendo las sales y procurando dejarlo todo lo más perfecto posible.
Cuando calculó más o menos que la bañera estaba suficientemente llena, el crital lo suficiente empañado y el baño olía lo suficiente a vainilla, colocó su toalla y la alfombra de baño en sus respectivos sitios, para evitar que Denis tuviera que agacharse.

Tom: Denis, ya puedes pasar si quieres...- Le anunció, regrsando por el pasillo. Denis ya estaba levantada cuando llegó y miraba por la ventana el atardecer, sin apoyarse demasiado en la ventana.- Denis... Venga, seguramente querrás darte un baño tranquilamente :)

Ella, al percatarse de su presencia, le acompañó hasta el baño y Tom, abriendo la puerta ceremoniosamente, la hizo pasar a la habitacion llena de vapor y vainilla.
Buscó de nuevo algun gesto aprobatorio de Denis, pero de nuevo, tan solo esbozaba una tranquila y tierna sonrisa.
A Tom esa sonrisa le llenó el pecho y el hecho de que Denis se acercara a tocar el agua de color blanquecina, lo puso aun más nervioso.
Le hubiera gustado ver su reaccion al meterse en el agua, pero sabia de sobra que ese espectáculo no le estaba permitido, asi que le deseó un feliz baño y se retiró a su puesto de trabajo: La cocina.

Denis continuó observando la habitacion con admiración. Se le hacia tan raro verlo todo tan difuso y estar tan calmada al mismo tiempo, que no quiso tardar más en desnudarse.
Desempañó el espejo con la toalla y se contempló por unos instantes, recorriendo el contorno de su enorme barriga con una media sonrisa.
Sin reparar en mucho más, se acercó a la bañera y se introdujo lentamente en ella, sintiendose cada vez más y más adormecida y relajada por el calor del agua.
Aspiró profundamente el aroma del agua y con una repentina felicidad se hundió por completo para mojarse el pelo. Ese calor se le hizo hizo dulce al tocarle la cara y sonrió para sus adentros.
Se sentía extrañamente... Feliz.



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