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lunes, 29 de octubre de 2012

Capitulo 12



Tom: ¿Que tal con Amara...?¿Todo bien...?

Preguntó sin mucha seguridad. Denis sonrió levemente pretendiendo ser lo más comunicativa posible, dentro de sus capacidades. Él le devolvió una temblorosa sonrisa y suspiró. Volvió a mirarse las manos. ¿Cuanto se tardaba en hacer unas palomitas?

Tom: ¿No te ha dado ninguna carta, ni recetas ni nada...? Suele hacerlo...- Denis negó con la cabeza y él ya no sabia que decir para descongelar el ambiente.- He pensado en... Algunos nombres para el bebé...- Denis rápidamente dirigió toda su atención a Tom, el cual se asustó de su reacción. Sabia perfectamente lo que pensaba.- No vamos a llamarlo Bill... No... Podría... No sería capaz de... Entiendelo.

El corazón de Denis comenzó a latir muy rápidamente. ¿No lo llamarian Bill?¿Cómo su padre?¿Entonces cómo pretendia llamarlo?
Preguntas asi acribillaban la mente de Denis acelerando su pulso y haciendole fruncir el ceño ligeramente.

Tom: Ya veo... Supongo que es discutible, ¿no? Digo, cuando nazca o... cuando vuelvas a hablar podremos discutirlo tranquilamente...- Ella volvió la cabeza apartando la mirada de Tom.- Oye, no te pongas asi... Llevo cuidando de ti y del bebé desde aquel jodido dia, tengo derecho a intervenir en el nombramiento del bebé ¿no? ¡Pues no pienso llamarle Bill!
Andreas: ¿Nombres?¿Estáis buscando nombres para el bebé? Yo me sé un montón...- Intervino trayendo las palomitas. Las soltó en la mesita frente a ambos y él se sentó en el sofá largo junto a Tom. Todos se quedaron callados.- Veo que mi opinion no es muy relevante ahora... ¿no...?
Tom: ¿Y si hubiera sido niña que coño hubieras hecho?¿Eh?¿Le hubieras llamado Billa? Vamos hombre no me jodas... Mira, no voy a dejar que le llames Bill por que te conozco, y se lo facilmente vulnerable que eres, ¿me oyes? No vas a volver a montar la que montaste con el Ben dichoso, y por su puesto no pienso dejar que me arrastres contigo... ¡De ninguna de las maneras! Para poder tirar del carro debo de pensar lo menos posible en él. Solo eso y mi dia a dia se hace soportable. Me basta con... con mirarte para recordad lo genial que vivia hace tan solo un año y ese recuerdo me mata. Yo intento vivir en el presente y... y yo intento que tú también vivas en el presente...- Cogió aire y señalo a la barriga de Denis.- Y él vivirá en un futuro que más bien se nos echa encima. ¡No voy a dejar que su madre sea una depresiva que solo llora, se queja, recuerda tiempos mejores y no le da la gana de hablar sólo por que está todo el día llamando a Bill y eso te recordará lo que ya no tienes! Vas a tener un hijo. Y lo vas a llamar de cualquier otra forma. Como si le quieres llamar Rudolph como el reno ¿vale? Pero al menos no me recordará todos los dias al gilipoyas del heroinómano de mi hermano. Punto y final.

La garganta comenzó a dolerle. Y los ojos. Y la mandíbula. Y el cuello. Se levantó automáticamente y salió del apartamento sin mediar palabra.  En cuanto las puertas del ascensor se cerraron los ardores que le recorrian los huesos cesaron de golpe, sumiendolo en un frio invernal.
Acababa de gritarle a Denis. Seguramente ella ahora mismo estaría llorando.
No paraba de pensar en la gilipoyez que habia hecho. Le habia gritado por un tema tan absurdo como el nombre del bebé.
El ascensor abrió sus puertas y casi con ansiedad salió a la calle. Era de noche y las farolas le parecian demasiado difusas. Se frotó los ojos y al abrirlos de nuevo descubrió un estanco abierto y vacio. Se sentia lo suficientemente egoista como para comprarse una cajetilla de tabaco sin pensar en los seis euros que desperdiciaba. Se encendió uno y el sabor alquitranado invadió su boca, haciendole recordar lo mucho que le habia costado dejar de fumar desde que Denís se quedó a su cargo. Y desde que le despidieron de la autoescuela.
Sonrió irónicamente, pensando que igual que su esfuerzo por dejar de fumar, el hecho de cuidar un bebé podría no valer la pena. En cuanto esa idea cruzó su cabeza la agitó negandose a si mismo cualquier idea de perderlo. "[i]Es tu sobrino[/i]" pensó para si mismo.
Miró la hora en su movil, las nueve y media. Luego lo apagó queriendo desprenderse por completo de responsabilidades. Se sentia plena y totalmente egoista. Se le ocurrió la idea de llegarse a casa de Gustav, para ahogar sus penas en lo que fuera que tuviera en la nevera, pues un bar le saldría bastante caro, y efectivamente eso fue lo que hizo mientras se fumaba su cigarro.
Al cabo de quince minutos se plantó en el portal de su a migo y subió como normalmente lo hacia. Al llegar a la puerta de la casa oyó como Domo raspaba con las patas el interior de la puerta. Eso le hizo sonreir hasta que la puerta se abrió.

Gustav: Hola T... ¿Y Denis...? - Tom habia esperado recibir primero a su perro, pero este estaba retenido por la pierna de Gustav.
Tom: En casa de Andreas... ¿Puedo pasar...?
Gustav: Oh, por supuesto idiota...- Tom entro en la casa y se adentró lo suficiente para poder tener a mano a Domo y jueguetear un rato con él mientras Gustav les observaba desde sus espaldas.- ¿Hay algun problema?
Tom: Si... Quizás muy gordo... O quizás estupido.
Gustav: Voy a sacar un par de cervezas... Sientate, y hablamos.

Tras darle otro rato más de coba al perro, Tom decidió sentarse en la mesa del comedor y esperar a que tanto las cervezas como Gustav se colocaran en sus respectivos sitios.
Abrió su lata y dió un sorbo que no le sabió a gloria precisamente pero cuyo frescor le consiguió espabilar lo suficiente.

Gustav: ¿Y bien?
Tom: Y mal... Mejor dicho...- Suspiró.- He discutido con Denis... A voces.
Gustav: ¿Que?¿Vuelve a hablar?
Tom: No, que va... Ha sido un monólogo... Un monólogo demasiado agresivo como para lanzarlo contra ella...
Gustav: ¿A raiz de que...?
Tom: Quiere llamar al niño Bill.- Gustav meditó su respuesta. Tom vió que no entendía la gravedad del asunto.- Yo no quiero.
Gustav: ¿Que?¿Por que? Pero...
Tom: No quiero... Tenerle presente todo el dia. Necesito olvidarme de él...
Gustav: ¿Cómo vas a olvidarte de tu hermano? No es como una novia, que ya vendrá otra más adelante ni nada de eso...
Tom: Lo se, lo se... Pero... Es lo más sano para mi. Y para ella. No quiero que vuelva a encerrarse en si misma otra vez... La última vez fue catastrófico y se que si recae, esta vez, me llevará con ella... Por que no soy tan fuerte Gus, no se como llevar la muerte de mi hermano y el embarazo de Denis a la vez. Lo último que quiero hacer es tener que nombrar a mi hermano todo el santo dia... ¡Y encima para llamar a su hijo!
Gustav: Es comprensible... Es típico llamar a un hijo como su padre... Y a las hijas como su madre...
Tom: Pero no cuando su padre está muerto...- Pronunciar esa frase le resultó demasiado facil para su gusto.- No lo entiendo...- Dió otro sorbo a su cerveza y tras varios segundos jugando con la chapa y silencio Gustav se decidió a hablar.
Gustav: Espero que le pidas perdón cuando regreses...- Murmuró.
Tom: ¿Qué?¿Pedirle perdón por qué?  Yo no quiero que se llame Bill, es una opinion...
Gustav: No, por eso no, hombre... Por gritarle.
Tom: Ah si... Eso...- Resopló.- No sabría como hacerlo.
Gustav: Hazle algo especial... Una cena bonita...
Tom: Ya la hice, fue un desastre.
Gustav: Preparale un desayuno de esos franceses, con beicon y huevos...
Tom: Demasiado caro, ya derroché lo mio anoche...
Gustav: ¿Un baño...?
Tom: Tambien lo hice. Con pétalos, espuma y sales de baño y todo...
Gustav: Pues pidele perdón como se ha hecho toda la vid... ¿Qué?¿Pétalos?¿Sales de baño?¿Tipo Pretty Woman? - Tom comenzó a ponerse nervioso y con ello, se terminó su botellín de cerveza.
Tom: Si... Tipo... Pretty Woman..
Gustav: ¿Y que le pusiste de cenar?¿No habría flores de por medio no?
Tom: Pues... No, flores no... No... No somos pareja ni nada por el estilo, ¿por qué iba a ponerle flores para cenar?
Gustav: Por el mismo motivo que se las pusiste en la bañera en vez de en la mesa...- Gustav miraba fijamente a su amigo, mientras que este evitaba toparse con él.- Tom... ¿Qué me escondes?
Tom: Sabes que nada. Te lo cuento prácticamente todo.
Gustav: Ya...- Gustav tambien dió otro sorbo a su cerveza, frunciendo el ceño al ver que se le habia calentado bastante.
Tom: ¿No la vas a querer? Dame, ve a por otra para ti.

Extrañado y contemplando como Tom bebia de su cerveza, se levantó a por otra a la nevera. Ciertamente estaba caliente y para pasar el mal trago decidió beberse gran parte del contenido, por si asi ahogaba su voz un rato.
Ese desagradable sabor, le hizo implorar un nuevo cigarro y se levantó a por el cenicero que Gustav siempre tenía en la mesita del salón, frente a la televisión.

Tom: Gus, ¿Te importa que fume? - Aún más extrañado Gustav dejó su cerveza en la mesa y observó como Tom le enseñaba el cenicero desde detrás del sofá.
Gustav: No... Claro que no, solo abre la ventana...- Respondió no muy convencido.- A ti te falla algo muy gordo. ¿Desde cuando has vuelto a fumar?
Tom: Nunca se deja... La gente tiene razón.- Se encendió su pitillo y se acercó a la ventana continua a la mesa donde anteriormente estaban sentados. La abrió dejando entrar una corriente desagradablemente caliente que empobreció aun más el ambiente que flotaba entre ellos.
Gustav: ¿Quieres que me vuelva a quedar con Denis esta noche? - Preguntó sin mucha confianza.
Tom: No, no te preocupes esta noche se la queda Andreas. Tu tienes bastante con el perro.
Gustav: ¿Q... Pero bueno, qué te pasa?
Tom: ¿? Me has preguntado, te he respondido. Que se la quede Andreas esta noche... Voy a necesitar mucho tiempo para pensar...

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